EmbarazARTE

ISBN 978-84-129737-3-0 (sin solapas)
ISBN 978-84-129737-0-9 (con solapas)
Madrid, España. 2025
Ensayo testimonial, teórico y práctico con temáticas de salud, relaciones, futura maternidad y desarrollo personal. Para gestionar la salud, la concepción y el embarazo
de un modo autónomo, natural y respetuoso para con todos los seres implicados.
Ilustrado con fotografías en blanco y negro, contiene numerosas referencias para poder indagar más sobre cada tema.
Cuando decidí querer quedarme embarazada de mi hija primogénita, ninguno de los familiares cercanos y lejanos de mi generación había tenido hijos. Tampoco mis amigas, por lo que me encontré con un mundo nuevo ante mí. De hecho, cuando parí a mi hija, creo recordar que lo primero que dije fue “¡qué pequeñita!”. Y es que realmente me sorprendió su tamaño, y eso que nació con un peso normal: 3,600 Kg.
El caso es que desde el instante en que decidí quedarme embarazada, tuve muy claro que tenía que informarme lo más posible para no caer en miedos, inseguridades y torpezas. Ya no era responsable solo de mí, sino también de ese ser que iba a concebir, dejar crecer dentro de mi vientre y luego parir y criar.
Comencé a leerme todo tipo de libros y revistas sobre el tema: científicos, alopáticos y alternativos. Dedicaba muchas horas al día a ello. También me apunté a dos cursos de educación prenatal.
Sí, sé que esto puede parecer un poco exagerado, pero no lo es. Estoy segura de que gracias a ello pude auto reafirmarme, tener más confianza en mí misma, superar los miedos por las horribles frases y experiencias que me contaba la gente de partos que habían tenido o conocían, y disfrutar muchísimo del embarazo, de la comunicación con mi hija estando ella dentro del vientre y del parto. Me sirvió para tomar mis decisiones con consciencia y conocimiento de causa, acorde a mis necesidades y situación del momento.
Este libro es el libro que en su día me hubiera gustado leer. En él cuento experiencias, doy información teórica, informo sobre cómo poder solventar posibles inconvenientes o dificultades, el qué haría diferente ahora, qué aspectos considero más valiosos a tener en cuenta, etc.
En él podrás leer sobre cómo incentivar la fertilidad natural, sobre la menstruación, la influencia de ciertos factores naturales en el sexo del bebé, la importancia del momento de la concepción, cuidados de la embarazada, educación prenatal familiar, el aborto, la toxoplasmosis, las doulas, cómo comunicarte con el bebé dentro del vientre, el síndrome del nido, posibles actitudes de la pareja, etc. Vamos, sobre cómo prepararos emocional y físicamente tú y tu acompañante, en caso de haberlo, y sobre cómo preparar tu hogar para esta nueva etapa que se presenta ante ti.
Es una obra en la que hablo muy sincera y abiertamente, sin tapujos, pues considero que unas de las cosas que facilitan más el florecer de la tolerancia, la armonía y la tranquilidad mental es el crecer en consciencia y el facilitar a otros el que lo hagan. Hablando abiertamente todos ganamos, tú y yo. Porque juntos crecemos en consciencia y alegría.
EmbarazARTE es una guía llena de recursos. Fuente de conocimiento y salud a través de la consciencia y la responsabilidad en las emociones, aprendizajes, decisiones y acciones.
Forma parte de la trilogía EmbarazARTE, AlumbrARTE y AmamantARTE con amor.
Si te interesa adquirir algún ejemplar, puedes hacerlo pinchando aquí.
Y si lo que quieres es conocer más sobre su contenido, a continuación, te añado parte de un capítulo, su índice, la contraportada e información sobre dónde puedes leer varios artículos y ver algunos vídeos de este tema tan apasionante.
La palabra toxoplasmosis suele crear bastante miedo a las parejas embarazadas e inmediatamente la relacionamos con los gatos.
Recuerdo haber sufrido mucho por este aspecto en mi primer embarazo. Los conflictos de pareja se acentuaron en exceso por todo lo que esta palabra puede conllevar.
En esta sociedad en la que vivimos, donde el término dinero posee mucha influencia, resulta fácil manipular a las personas con la intención de no salir perjudicados económicamente. Normalmente, se prefiere decir a una mujer embarazada que no ha pasado la toxoplasmosis que expulse de su hogar a todo gato con el que pueda convivir, antes que decirle que deje de ingerir carnes y embutidos. Desde luego, mueve mucho más dinero este sector que el primero.
Tanto en el primer embarazo como en el segundo yo no había pasado la toxoplasmosis. Vivía con gatos diversos (llegaron a ser incluso doce) y, al abrir mi nevera, lo que menos te podías encontrar eran carnes y embutidos diversos como el chorizo o el jamón.
La ginecóloga, tras los análisis de sangre, se echó las manos a la cabeza e insistió contadas veces sobre mi «irresponsabilidad» por convivir con gatos y la importancia de que renunciase a ellos.
El padre de mis hijos, al oír reiteradas veces esto, reclamaba la expulsión de los susodichos animales con gran disgusto para mí. Había algo que no comprendía: la posibilidad de daños en el bebé por contraer la enfermedad no dejaba de ser eso, una posibilidad. En cambio, la posibilidad de dañar al bebé por expulsar a mis queridos hermanos, únicos compañeros junto con dos perros de mi soledad diaria, era segura, pues iba a suponerme un bajón emocional fortísimo, una depresión, con todo lo que esto implica en el bebé.
Y como pienso que toda situación se puede solventar satisfactoriamente si se está suficientemente informado, que siempre hay alternativas o planes b, empecé a informarme sobre la enfermedad de la toxoplasmosis y sus modos de contagio.
Esta enfermedad, que en situación de no embarazo se vive como si fuese un ligero constipado, muchas veces no teniendo tú conciencia de que la estás pasando, estando embarazada puedes pasársela al bebé, pudiendo provocar en él diversos daños de variada gravedad.
Tal y como entiendo ahora la vida, considero que tanto la enfermedad como la sanación vienen principalmente de dentro y no de fuera. Por lo tanto, para mantener la salud a lo que he de prestar especial atención, de lo que he de preocuparme, es de cubrir los siguientes puntos:
- Alimentarme correctamente con dominio de frutas y verduras crudas bien higienizadas.
- Hacerme analíticas nutricionales de sangre periódicamente para estar segura de que cubro correctamente todas mis necesidades y, en caso de tener alguna carencia alimentaria, solventarla antes de que conlleve consecuencias.
- Sanear el entorno bebiendo agua purificada, respirando aire purificado y exponiéndome lo mínimo posible a contaminantes electromagnéticos y de otro tipo.
- Invertir tiempo diario en higienizar mínimamente la casa y a uno mismo. Evitar acumulación de objetos, de polvo y de hongos.
- Lavarse siempre las manos con jabón antes de comer, después de ir al excusado, tras llegar de la calle —especialmente si se vive en ciudades o pueblos— y antes de acostarse. Añadir el lavado de la cara en los dos últimos supuestos: tras llegar de la calle y antes de acostarse.
- Tener un estilo de vida tranquilo, sencillo, armonioso, prudente, responsable, sano y lo más natural posible. Por supuesto, sin uso de drogas (legales y no legales), fiestas con desparrames ni búsqueda de emociones fuertes.
- Vivir acorde a la ética y la legalidad del momento, consiguiendo con ello una mente más pacífica y armoniosa y una vida más relajada y sin posibles complicaciones o culpabilidades presentes o futuras. Si no me gusta algo, lo cambio desde la legalidad y la no alteración mental.
- Evitar dañar a otros seres, sean del reino que sean (animal, vegetal...) o a familiares, amigos, compañeros de trabajo…
- Intentar serme fiel a mí misma realizando aquello que me gusta y a su vez beneficia a otros seres. Es decir, vivir en servicio y entrega, facilitándole con ello la vida a otros seres, vegetales, animales y humanos. Ser útil en vez de dedicarme a vivir para «satisfacer a mi ombligo». Emplear mis dones para beneficio del Universo, de otros.
- Esforzarme por castrar y transmutar los pensamientos y sentimientos negativos, positivizándolos.
- Y meditar y volcarme diariamente en la práctica espiritual que siga.
En mi concepto, no consiste en prestar atención a todo esto cuando ya se está enfermo, sino cuando se está sano para disminuir así las posibilidades de enfermar, en vez de vivir por el mero hecho de estar vivo, sin ninguna meta o intencionalidad trascendental.
De todos modos, no siempre se tiene el autoconocimiento ni el autodominio suficiente como para vivir en todo momento fiel a estos principios. Lleva tiempo aprender a vivir así, más aún cuando en nuestro entorno no se hace o no se tienen conocimientos suficientes como, por ejemplo, el de la importancia de usar solo cables y regletas eléctricas protegidas y aisladas correctamente, no las normales del mercado barato, etc.
Por ello, siempre es muy valioso informarse bien de todo, con información contrastada, teórica, testimonial, experimental y crítica.
Cuando estuve embarazada, la vida no me había enseñado todavía todo aquello que ya sé y en lo que confío, así que voy a comentaros los planteamientos que me hice.
Me enteré de que la toxoplasmosis se puede «contagiar» a través de la carne cruda o poco cocinada, las verduras regadas con aguas fecales y mal lavadas, los periquitos, los gatos y a través de la tierra contaminada incrustada en las uñas.
Gracias al primer embarazo, pude enfrentarme a mi costumbre de morderme las uñas y por primera vez en mi vida dejé de hacerlo.
Desde entonces, no he vuelto a mordérmelas. Y lo más bonito de todo es que no me costó cambiar el hábito. ¿Por qué? Porque tenía una finalidad que me iba a producir una satisfacción mayor: la de facilitar la salud de la hija que ya estaba gestando en mi vientre.
Resulta muy agradable aceptar las nuevas situaciones como cambios que nos ayudan a vernos, responsabilizarnos y crecer.
El miedo a la carne cruda y a los embutidos no lo tenía, pues no los ingería. La gente que consume estos alimentos habitualmente y no se siente capaz de eliminarlos de su dieta ha de tener en cuenta que la mayoría de los casos de toxoplasmosis se dan en las personas que ingieren carnes y embutidos. No está de más el aprovechar la situación del embarazo para cambiar nuestros hábitos alimentarios. Aunque, eso sí, controlando la cobertura nutricional a través de analíticas de la sangre para cerciorarnos de que lo estamos haciendo correctamente.
La fruta y la verdura pueden estar «contaminadas» por heces «contaminadas». Esto se puede solventar lavándola concienzudamente. Y no necesariamente con lejía, cloro u otros productos químicos, sino con tiempo, dedicación y paciencia en agua lo más pura posible, dependiendo del porcentaje de posible riesgo de contaminación. A veces, nos ayudaremos suavemente de un cepillo de dientes u otro específico para limpiar vegetales.
Para desinfectar las frutas y las verduras, ha de hacerse sin quitarles la piel. Nunca con jabón, lavavajillas u otro producto que contenga tensoactivos, químicos o perfumes. Si quieres hacer uso de algún agente desinfectante para sentirte más segura o seguro, algo muy útil y no dañino es el empleo de agua con vinagre blanco (vinagre proveniente del vino blanco). O con vinagre de manzana, a razón de una parte de vinagre por tres de agua. Si lo prefieres, también sirve una disolución formada por una parte de vinagre blanco con el zumo de un limón por tres de agua. Se dejan los vegetales a desinfectar dentro de la disolución unos diez minutos, se aclaran bien, se escurren o secan y ya está. Aunque quizás te guste más emplear bicarbonato de sodio, haciendo exactamente el mismo proceso, pero con una disolución formada por una cucharada sopera de bicarbonato de sodio por litro de agua. Nunca metas después las frutas y verduras húmedas o mojadas en el frigorífico, se pueden contaminar fácilmente de diversos patógenos. Siempre, cuando se introduce una fruta o verdura en el frigorífico, ésta ha de estar completamente seca.
¿Qué otros desinfectantes puedes emplear? Pues aceite esencial del árbol del té ecológico, añadiendo a un agua tibia varias gotas de él. También el zumo de un limón recién exprimido junto con tres cucharadas de sal en medio litro de agua fría. O de varios limones solos, sin la sal. O emplear únicamente agua de mar. El problema del empleo de la sal o del agua de mar es que, al contrario que con el uso de los otros productos, ésta sí altera el sabor de los vegetales. Y de que, si no aclaras bien las frutas y verduras después, puedes acabar ingiriendo más sal de la correcta, especialmente si padeces de hipertensión.
Pero sigamos con la toxoplasmosis y mi experiencia al respecto para con los gatos y demás:
Los gatos se supone que pueden pasar la enfermedad a través de sus heces y de la saliva si se acaban de asear. Respecto a la saliva es tan sencillo como no permitir que te chupen en la boca o la cara y lavarte las manos tras un largo rato de caricias, así como no hacerlas mientras se come. Respecto a las heces, para que «transmitan» la enfermedad, han de haber pasado por lo menos 24 horas tras su deposición. Si tú limpias la arena del gato a diario, este miedo desaparece, más aún si se encarga de ello la pareja u otra persona como yo reclamaba.
Veamos cómo funciona la cadena respecto a los gatos: primero, debemos tener algún ave u otro animal menor infectado de toxoplasmosis y el gato ha de cazar y comerse dicho animal. Por tanto, aquellos que no cazan no podrían contraerla según el criterio habitual. Pero «por si las moscas», demos por hecho que ingieren algo contaminado. El gato ha de poseer muy malas defensas y estar débil contrayendo él la enfermedad. Yo, su compañera de hogar, he de tocar o rozar las heces del gato y, sin lavarme las manos, comer algo o tocarme la boca. Mi salud no ha de ser muy buena para que no pueda mi cuerpo defenderse y caiga enferma. Luego, la toxoplasmosis tendría que superar el filtro de la placenta y «pasar» hacia el bebé. Éste tampoco ha de estar muy bien para no poder defenderse y enfermar.
Según la medicina oficial, dependiendo de la fase de gestación, hay mayor o menor posibilidad de riesgo de que el feto enferme, siendo mayor (hasta un 60 %) en el último trimestre. En el primer trimestre el riesgo es mínimo, pero los daños pueden ser mucho mayores, pues se está formando lo que será el cerebro. Luego, en caso de enfermar el feto, la toxoplasmosis puede afectarle o pasarla de forma inadvertida.
Como dije anteriormente, hay que pasar por una serie muy amplia de posibilidades muy fáciles de esquivar. En cambio, la angustia y desolación, así como la falta de apoyo emocional, sí que afectan de seguro al bebé. Mis estados depresivos o de soledad angustiosa habrían hecho que el bebé recibiese menos oxígeno, dañándolo.
Cada uno ha de valorar y observar sus sentimientos acordes a sus juicios de valores, actuando con consciencia y en consecuencia. Yo opté por seguir conviviendo con mis amados amiguitos.
Recuerdo que, cuando era chavala, la vecina, una amiga íntima de mis padres, contrajo la toxoplasmosis estando embarazada de uno de sus hijos. Para más fastidio, tenía más de cuarenta años, por lo que los miedos se le dispararon y la angustia la atenazó. La presión social y médica potenció todo esto, dañando realmente al bebé con los estados de angustia y ansiedad de la madre. El niño nació perfecto, sin ningún tipo de problema, ni tan siquiera dislexia. ¡Cuánta angustia y cuánto sufrimiento se habría podido ahorrar la madre, cielos!
Siendo responsables de nuestra alimentación y de los otros puntos que mencioné antes, podemos alcanzar una mayor libertad y estabilidad emocional.
Para acabar, aquí tienes el índice del libro y su contraportada:
- INTRODUCCIÓN
- Introducción hecha por M.ª Cristina Iglesias Llorente
- Introducción hecha por la autora
- PREÁMBULO
- La importancia del conocimiento para un buen desarrollo del proceso
- PRIMERA PARTE
- PREPARACIÓN PARA EL EMBARAZO
- Preparándonos para ser padres
- Contaminantes en casa
- Sobre los contaminantes en el hogar
- Sustancias nocivas en los juguetes de los niños
- Partículas y contaminantes
- Recomendaciones del ingeniero experto en biología de la construcción de Armin Rebernig
- Para saber más
- Visitas a la ginecóloga, ecografías y mamografías
- Educación prenatal natural
- Para saber más
- PREPARACIÓN PARA EL EMBARAZO
- SEGUNDA PARTE
- CONCEPCIÓN
- Fertilidad natural. Entrevista a Virginia Ruipérez González (fertilidad, menstruación, menopausia, anticonceptivos)
- Menstruación
- Menstruación y alimentación
- Menstruación y chequeos
- Menstruación e higiene
- Menstruación y luz
- Menstruación y psique
- Recomendaciones generales a seguir durante las menstruaciones
- Menstruación y sexo
- Menstruación y mitos
- Y no nos olvidemos de…
- Registro menstrual consciente. Por Arim Atzin
- El sexo del bebé
- Para saber más
- En línea
- Libros
- CONCEPCIÓN
- TERCERA PARTE
- EMBARAZO
- Aborto: Cuando la incertidumbre, los problemas o la naturaleza intervienen
- Consulta sobre el aborto voluntario
- Asociaciones de apoyo en fallecimientos durante el embarazo, parto o crianza
- La importancia del estado de ánimo. Sofrología
- La técnica Alexander. Por María Perpetua Caja
- Para saber más
- Toxoplasmosis
- Actitudes del hombre en el embarazo. Couvade
- Relaciones sexuales
- Cómo comunicarse con el niño. Haptonomía
- El síndrome del nido
- Preparación psicoprofiláctica del parto. Reflejo condicionado. Parto y orgasmo
- El valor de las doulas. Conversando con la doula Paca Muñoz
- Conversando con la doula Paca Muñoz
- Código ético de la Asociación Española Red Circular De Doulas
- Grupo de acompañamiento Ancara Perinatal
- Para saber más
- Para saber más
- Asociaciones
- Libros
- Aborto: Cuando la incertidumbre, los problemas o la naturaleza intervienen
- EMBARAZO
- CONCLUSIÓN
- Comentario final
- BIBLIOGRAFÍA Y OTROS EXTRAS RECOMENDADOS
- SOBRE LA AUTORA

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