Respuesta a: Aprendiendo a mirar con consciencia -Desde los ojos del otro-

#5173
nuria
Miembro

Amada Daruma, opino igual que tú en lo que dices. Se necesita compromiso, fidelidad, esfuerzo, determinación... como para cualquier otro entrenamiento.

Aunque he de reconocer que me asusta un poco la frase esa de "son muchos los llamados, pero pocos los elegidos" Sé de dónde viene. También la he oído muchas veces pero no puedo evitar el tener un ligero sobrecogimiento cuando la veo o escucho... ¿Pocos los elegidos? ¿Acaso no somos todos? Desde niña me he cuestionado este tema, especialmente en la adolescencia avanzada y durante los primeros años de adulta, cuando el sufrimiento me desgarraba continuamente a cada inspiración.

Creía en lo que en la cultura cristiana llamamos Dios. Iba semanalmente a las reuniones de mi religión y, por periodos, a diario. Estudié y estudiaba por correspondencia el Libro Sagrado de mi religión por muchos años. Me esforzaba por ser buena persona y por agradarme a mí misma. Quitando unos pocos años del principio, no fumaba, bebía alcohol ni tomaba drogas. Sufría por cada injusticia que veía, por cada ser, persona o animal maltratado o abandonado. Comencé a hacerme vegetariana por amor y respeto a otras formas de vida, etc., etc.

Mi vida se centraba en los estudios, el trabajo, el arte, la cultura, los deportes en la naturaleza y en amar y ser amada (desde el concepto de amor que tenía antes)

Pero sufría y sufría sin parar. Sufría por lo que hacían otros; sufría por lo que hacía yo. Sufría por lo que pensaban otros; sufría por lo que pensaba yo... El mero hecho de subsistir o sobrevivir física, económica y emocionalmente me parecía tan difícil que... ¿Cómo no iba a preguntarme el cómo era posible el que, si existía de verdad un Dios, éste permitiese tanto sufrimiento? ¿Por qué escogía a otros y no a mí? ¿Qué derecho tenían esos otros que no tuviese yo? ¿Acaso Cristo no murió en la cruz para que yo me salvase? Entonces... ¿Por qué seguía sufriendo y pensando en el suicidio constantemente?

Por ello ahora prefiero pensar: "Todos somos los llamados y todos los escogidos" Sólo yo y mi propia mente impiden la "entrada"

¿Qué opinas al respecto?