Respuesta a: Imagen de la portada de "El Sueño de Anami"
Amada Daruma, desde luego tienes razón en eso de que poner en palabras la razón del ego o el desarrollo del ser, es un torbellino loco que nos hace dar vueltas que parecen nudos o los saltos de niveles cuánticos de un electrón de una vibración a otra para luego volver a la una... (Se nota que estudié en el Instituto y COU la rama científico tecnológica ¡Ja!)
A mí me ha ocurrido algo muy parecido a ti. Desde que comencé a principios del 2003 el sendero espiritual que sigo con su práctica de meditación, he visto muchísimos cambios en mi. Pero yo a su vez me ateevería a decir que no he cambiado nada... Pues sigo sintiendo igual. Y sigo teniendo los mismos tipos de pensamientos aunque eso sí, cada vez hay menos preguntas dentro, se manifiesta más afuera la seguridad interior y esos sentimientos y pensamientos "locos", graciosos, chistosos... se vuelven más fugaces y calmos.
Externamente muestro mucha diferencia pero internamente no me siento tan diferente. Quizás lo resumiría en que ahora soy mucho más sincera y consecuente. En que el interior aflora más al exterior...
Esta frase tuya me parece fantástica: "El poder que genera la auto-observación te enseña a actuar en consecuencia, a ser más adecuado/a a la situación que te toca vivir, y a estar más alerta y vigilante"
Respecto al "subidón de ego" de Jesucristo que tan cómicamente comentas, lo vivo como un momento o de pérdida de control (a consecuencia de un subidón del ego) o como un acto de suma consciencia donde los presentes sólo podían entender su mensaje a través de ese lenguaje que no de otro. "Miel para las abejas y pan para los perros" dicen por ahí...
Difícil entender algo acaecido tan atrás en la historia. Un santo o un Maestro espiritual habla a cada cual según el nivel de consciencia que el otro tenga (porque sino, no les "movilizaría" o "tocaría" las emociones o no entenderían ni papa, según el caso, y serían palabras echadas al viento) aunque eso sí, les habla a los otros y actúa con ellos siempre desde un cortísimo paso por delante de su nivel de consciencia, como la imagen del burro que anda detrás de la zanahoria que siempre tiene medio metro por delante. Creo que por eso casi nadie reconoce o acepta a los Santos...
Pero lo que tengo claro es que esa actitud que tuvo con los mercaderes del Templo le trajo un karma muy duro de sobrellevar: la muerte en la cruz. Si lo hizo por amor para estimular el despertar espiritual de los presentes o si lo hizo por falta de control del ego es algo difícil de evaluar hoy en día. Aunque sí tengo claro cual de las dos posturas prefiero pensar y creer: aquella que más me abra el corazón.
A lo mejor, su ego quería actuar de otro modo, de uno que le fuese más cómodo, de uno que hiciese que más gente le aceptase y amase. Yo veo en mí que a mi ego no le gusta regañar a mis hijos, ni ser dura con ellos. Pero soy consciente de que muchas veces lo necesitan y es la mejor forma para que "espabilen" pues desde la consciencia no entienden la profundidad o visión de mis palabras.
La diferencia aquí está cuando actúo duramente y luego me siento fatal de cuando actúo duramente y sigo en armonía interior pudiendo reirme el segundo siguiente.
Pero cuándo tengo uno u otro sentimiento sólo lo sé yo pues no puedo mostrárselo libremente a mis hijos pues sino, en un caso les haría sentir culpables y en otro, no tendría sentido el actuar duramente, pues no le darían valor, no lo respetarían y por tanto, no lo tomarían en cuenta ni les serviría para madurar o cambiar de actitud o reflexionar sobre cómo han actuado.
Piensa sobre lo que te digo y opíname, anda.
Y por cierto, me encanta que hables tan abiertamente, también de la religión y de Cristo.