Respuesta a: Imagen de la portada de "El Sueño de Anami"
A veces no actuamos libremente por no ofender o por no hacer sentir culpable al otro, como tu dices. pero en verdad, son nuestras proyecciones mentales las que nos impiden actuar libremente. A mi también me pasa, por supuesto.
Pero los que seguimos un camino espiritual, como tu y como yo querida amiga,intuimos que todas las cosas, la naturaleza, el ser humano, tienen una esencia básica que si se respeta, somos perfectamente armónicos con todo el universo. Solo el egocentrismo altera esa esencia.
Si conectamos con nuestro yo más íntimo, descubrimos que el "no ofender", el "no hacer sentir culpables", es un producto de la mente, y que todo es tal cual, simple y claro. Y posiblemente que el otro se sienta culpable puede convertirse en una cosa natural, como el ritmo y la armonía de las esferas. Sólo interfiere nuestra mente.
Creo que cada situación, cada circunstancia, por absurda que pueda parecer, es un aprendizaje, pero a menudo nuestra mente se engancha a los acontecimientos y relaciones de la vida cotidiana, impidiéndonos percibir que posiblemente esa circunstancia trae consigo la liberación y la evolución.
Hemos de "morir" a cierta manera depercibir la realidad, tenemos que dejar ir, para poder nacer a ese ámbito inefable y eterno en el que nos movemos y somos.
Toda la historia de la mística, y todo el camino de la evolución de la Humanidad, pasa por ese reconocimiento de lo que ES desde siempre, pasa por aceptar, ver y sentir ese ámbito de lo divino que habita en nosotros. Despertar a esa realidad significa que lo que antes era potencialidad en nosotros, ahora se transforma en maravilla de lo que ES, y lo que antes era promesa inscrita en el dinamismo de la Creación, es ahora cumplimiento total.
Por último me parece maravilloso el párrafo dónde dices; " La diferencia está cuando actúo duramente y luego me siento fatal, de cuando actúo duramente y sigo en armonía interior pudiendo reirme al segundo." Esa es la actitud de la mente libre, de la conciencia presente que observa la Vida desde arriba y no desde dentro, donde queda atrapada.
Espero no haberla liado con tanto discurso, porque las palabras a veces , en vez de crear, destruyen...
Un abrazo desde el corazón.
D.