Respuesta a: Carne
Hola Charif. Suena raro pero vivo con mascotas y sin ellas...
Me crié en un piso de Madrid (España) con perro, canarios, hanster, peces, tortugas y ranas. Nos enseñaron a amar a los animales por lo menos desde el concepto de mascota / familia / responsabilidad y les dábamos de comer los preparados vendidos en las tiendas especializadas y al perro además, comida que mi madre a veces cocinaba para él o restos de la nuestra.
Cuando me emancipé, no podía ser responsable ni de mí misma por lo que aunque deseaba convivir con mascotas, no era factible. Unos 4 años después, cuando mi vida se estabilizó, viviendo sola en un ático de San Lorenzo de El Escorial (Madrid, España)y trabajando en el monte como ayudante agropecuario, un gato me seguía siempre que salía a la calle por lo que un día acepté que entrase en casa y, aunque podía salir siempre que quería, casi nunca lo hacía a no ser que fuese para seguirme. Entonces, me dijeron de unos cachorros de perros que iban a matar. Me quedé con uno (me lo llevaba a veces al trabajo). Algo después, en la calle había un perro anciano muy grande, desnutrido, muy enfermo y sumamente miedoso y triste. Me lo llevé también a casa. Este último no se me separaba ni medio metro. Si estaba sentada y me levantaba a coger algo, también lo hacía...
A pesar de ser por entonces vegetariana casi en su totalidad, les daba de comer pienso animal, restos de mi comida y arroz que les cocinaba.
Y así empezó mi andadura.
Un par de años después nos mudamos a otro pueblo. Yo no recogía animales pero estos acababan viniendo solos a casa y me seguían a todo sitio a donde iba. Ya iba por dos perros, más de 20 gatos y una burra. Por entonces mis hijos ya estaban nacidos también. Empecé a sentirme mal con la compra del pienso animal para los perros y los gatos.
Nos mudamos a Amor y Vida, una finca en pleno campo de Hoyo de Pinares (Ávila, España)Allí había más espacio por lo que podía aceptar a todo animal que viniese por sí solo y a algunos que rescataba días antes de que los matasen. Conclusión: 2 burros, 3 yeguas, 2 corderos, 1 oveja, ocas, patos, 2 tortugas algo grandes, por lo menos 9 perros y bastantes gatos. El problema era que como vivíamos de una forma muy salvaje y con muy pocos recursos, algunos en vez de morir por viejos o enfermos murieron por ser atacados por zorros, águilas o envenenados. Con mucho dolor aprendimos mucho de la vida y de la muerte. De responsabilidad y del karma...
A los poquísimos meses de estar aquí alimentaba a los animales sólo de vegetales. Estando ellos en libertad, descubrí que preferían comerse el melón plantado, mordisquear los racimos de uvas en las vides, o las moras en las zarzamoras, las manzanas, los tomates, los aguacates.... que el pienso que tenían a su disposición permanente. Sabía de los piensos veganos pero económicamente era impensable. Sólo compraba granos (cereales y semillas diversas) para ponerlos en muchos sitios junto con trocitos de frutas y agua para los pájaros, lagartijas, hormigas, tortugas, jabalies y otros animales del lugar y para los burros, caballos, ovejas, ocas y patos. También para esparcir por el terreno. Alguna que otra vez compraba arroz cocido y se lo daba a los gatos y perros pero solían preferir nueces, aguacates, tomates, melón, dátiles...
Pero el que de vez en cuando me encontrase alguno de ellos atacado por un animal, o entre sí, o cazando a un lagarto o a un pájaro y demás, me angustiaba muchísimo, así como el tener que acabar limitándoles el espacio pues una vez estando ya años allí, no les importaba recorrer diariamente 6 ó 7 km para ir al pueblo "de juerga" con la molestia (o peligro) que esto podía suponer para los aldeanos.
También era un esfuerzo muy grande el atenderles a todos, sin tener ni idea de animales. Mal criándoles.
Más y más fuerte se hizo en mí el no acoger animales que tiendan a cazar a otros animales ni que requieran de mucha atención / comida (caballos, burros, ovejas...) pues no tenía instalaciones ni disponibilidad apropiada para ello. Lo que solía hacer era acoger a los que viniesen e intentar acoplarlos por ahí.
Prefería dar sólo de comer a la fauna salvaje y volcarme en mi crecimiento interior. También era egoismo propio para no sufrir con muertes, desapariciones y demás.
Pero cuando hace unos años nos vinimos a vivir aquí, en Benissa (Alicante, España), en esta comunidad ya convivían con animales (gatos) y les dan de comer pienso animal y leche de vaca. Medicinas, etc.
Las personas que los "tienen" se encargan de ellos a su manera y, aunque yo para nada haría lo que hacen ellos ni les daría de comer lo que les dan ni les trataría muchas veces como los tratan, sí entiendo que cada uno tiene su concepto respecto a los animales y puedo convivir con sus mascotas. Los gatos me gustan mucho pero las mascotas no. ¿Comprendes la diferencia a la que me refiero? Convivimos con cinco gatos.