Respuesta a: Iglesia y estar descalza

#5355
nuria
Miembro

Pues para que veas hasta qué punto puede llegar la locura, en un viaje por Marruecos, sin frío, me calcé, je, je, je...

En esa zona concreto las mujeres se cubrían todo lo habido y por haber. Conocimos en "mitad de la nada" a una familia que nos acogió con muchísimo amor por unos días. Las mujeres de la casa, me ducharon con jarras, intentaron quitarme el moreno de la piel con estropajo (por entonces más bien negro de la piel ya que en casa practicaba casi de contínuo el nudismo), me alisaron y recogieron el pelo (cosa para lo cual se necesita muchííííísimo tiempo), me aceitaron y perfumaron toda, me cubrieron casi al completo cabeza, brazos, pies, cuerpo, cuello y piernas, me pintaron las palmas de las manos y los ojos y hasta me dieron y pusieron un anillo.

Allí, cubierta al completo y rodeada de tantísimo amor, generosidad, tolerancia y entrega, comencé a cuestionarme muchas cosas, especialmente el tema de las prioridades. A valorar algo muchísimo más que mi concepto de salud o no salud, de gusto o no gusto, de "libertad" o no "libertad"...

Por ello, respecto a tu comentario sobre los límites, yo decidí ponerlos (o intentar hacerlo) allá donde no hiera el corazón del otro ni donde altere su paz o armonía interior.

Me siento tremendamente agradecida a esa familia y a otra gente con la que me encontré en ese país ¡Ójala tuviese ahora sus nombres o direciones para poder devolverles aunque sea una migaja...!