[Hermano Alberto]

Paz y Bien!
El 8 de Marzo de 2009, cuando yo y dos hermanas regresábamos de una procesión penitencial de la Orden Franciscana Seglar, resolvemos pasar por Balasar, tierra de la Beata Alexandrina María da Costa.
Hemos entrado en la iglesia parroquial, para visitar su tumba, y cuando allí estábamos (yo y una de las hermanas estábamos descalzos, como participamos en la procesión) con algunas religiosas de la Toca de Asís, vino el párroco y nos reprendió, diciendo: que andar descalzo no ayudaba a evangelizar, era anti-higiénico y una falta de respeto hacia quien estaba en la iglesia.
Era una opinión que no conté.
Más tarde, este sacerdote fue nombrado rector de una de las basílicas de Braga, y algunas veces discutimos este asunto.
Sin embargo, su opinión permaneció irreducible, aunque él admitió que, en casa, andaba descalzo por una cuestión de liberación de energías.
Hoy es monje benedictino.
Es así ... No podemos agradar a todos.
¡Ni Jesús agradó!
¡Bendiciones para ti y un fraterno beso!
Hnº. Alberto