[Hermano Alberto]

¡Paz y Bien, Nuria!
He leído mucha controversia acerca de las vacunas.
Como sabes, soy enfermero, y he administrado miles de vacunas, a niños y adultos.
Yo mismo estoy, en este momento, inoculado con la vacuna anti-tetánica, la única que es obligatoria en mi edad (66 años), si no no andaría descalzo tan tranquilo.
Díme: ¿te sientes tranquila caminando descalza sin esta vacuna, que salvó a tanta gente de muerte irracional?
Las reacciones y efectos adversos de las vacunas no se comparan con los efectos terribles de su omisión.
Lee la historia de la medicina en lo que se refiere a Jenner, a Pasteur, a Sabin y otros.
Empecé mi vida profesional en el ejército portugués, con una cuota de servicio de alrededor de un año en Mozambique al final de la guerra colonial.
¿Cómo concebir un militar sin vacunas?
Fué inoculado con la vacunación contra la cólera, la fiebre amarilla, el tétano, la difteria, la fiebre tifoide, la viruela (hoy erradicada), la tuberculosis y aún tomaba semanalmente un comprimido para evitar la malaria.
Ya como enfermero civil fué inoculado con la vacuna contra la hepatitis B.
De los pacientes que vacuné nunca tuve conocimiento de ninguna reacción adversa.
¿Has visto a alguien morir con tétano? Yo ví y es horroroso. La vacuna es el único medio para evitarlo, ya que cualquier otro contacto con Clostridium tetani no confiere inmunidad.
¿Sabes por qué los hospitales no están menos llenos?
Primero porque la población ha aumentado.
Segundo porque la esperanza de vida es mayor, con las patologías inherentes a la vejez.
Tercero porque la mayoría NO ANDA DESCALZA, no haciendo idea de los trastornos que eso trae para la salud!
Las vacunas fueron una de las grandes victorias de la medicina, si no la mayor.
Comparemos los índices de mortalidad infantil de ahora y de hace sesenta años atrás. Basta eso.
Si estoy equivocado me dice por qué.
Para ti las mayores bendiciones de Jesús, María y Francisco.
¡Fraterno beso!
Hnº. Alberto