Imaginaros una sala llena de aire y, en el centro de ella, unas líneas que conforman el perímetro de una silueta hueca (llena de aire)
O mejor dicho, una sala llena de una sustancia ligera pero a su vez consistente y gelatinosa, como puede ser la gelatina "comestible", con la consistencia de un gran postre de gelatina que abarca todo el espacio de la habitación. De gelatina amarilla...
Y en medio de ella, imaginaros un molde de metal con forma humana, de esos que se emplean para cortar la masa de las galletas con formas de figuritas diversas en adviento.
¿Os lo imagináis?
Pues bien, algo así deberíamos de sentirnos todos de vez encuando pero sin muros que conformen una habitación y sin diferencia de material entre la gelatina y el molde. Como si este molde de metal (contorno) fuese sólo una concentración ligeramente mayor y más espesa o seca de la misma gelatina...
Somos todo, no habiendo ni una mínima diferencia entre la sustancia que hay dentro del contorno y la que hay fuera. No habiendo tampoco un "contorno"...